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Columna: Ser empresario hoy: Heredar propósito, construir nación

En los años 30, cuando México buscaba sanar sus fracturas económicas, surgió una cruzada que no nació del privilegio, sino de la urgencia: “Consuma lo que el país produce.” Más que una campaña, fue un acto de defensa económica y un llamado a construir soberanía productiva desde lo local.



Ser empresario hoy: Heredar propósito, construir nación


Columna invitada: Octavio de la Torre


En los años 30, cuando México buscaba sanar sus fracturas económicas, surgió una cruzada que no nació del privilegio, sino de la urgencia: “Consuma lo que el país produce.” Más que una campaña, fue un acto de defensa económica y un llamado a construir soberanía productiva desde lo local. También representó un primer intento por entender que sin un sector empresarial comprometido, no hay nación que avance.


En ese contexto, emergió una figura que comprendió antes que muchos el valor de arraigarse y construir: Julián Slim Haddad, inmigrante libanés, comerciante visionario y miembro activo de la Confederación de Cámaras de Comercio. Desde su negocio —“La Estrella del Oriente”, en el corazón de la capital— no solo vendía productos, sino que generaba confianza, empleo y una visión de país. Su entrega fue tal que obtuvo la nacionalidad mexicana no como trámite, sino como acto de integración y lealtad.


Casi un siglo después, los desafíos han cambiado, pero no su profundidad: competencia global, informalidad, desigualdad territorial y desarticulación productiva. Aún hoy, el sector empresarial es tratado muchas veces como un espectador cuando, en realidad, su papel es el de protagonista.


El crecimiento no se da por decreto ni por discursos, sino por productividad, alianzas y propósito. “México Muy Mexicano” nace desde esa convicción: no como una campaña, sino como una estrategia de desarrollo que activa la economía desde abajo, en cada comunidad, en cada pyme, en cada espacio que reconoce lo Hecho en México no como eslogan, sino como un compromiso de valor.


Las Cámaras de Comercio, lejos de ser oficinas, representan puntos de conexión entre la identidad local y el mercado nacional. En la Ciudad de México, por ejemplo, coexisten cuatro cámaras legítimas (Canaco Cdmx, Canacope Cdmx, Canaco Álvaro Obregón y Canaco Gustavo A. Madero). Ninguna es más que otra; todas representan con legalidad a miles de empresas y son parte de una red histórica que ha acompañado el crecimiento económico de México.


Hoy el reto no es solo consumir lo nacional, sino producirlo mejor, distribuirlo con equidad y exportarlo con orgullo. Para ello, las empresas requieren no solo distintivos, sino capacitación, integración de cadenas de valor, impulso a jóvenes líderes y el fortalecimiento de marcas con visión global.


La historia de Julián Slim no es solo inspiración: es un recordatorio de que el empresariado no está aquí para administrar inercias, sino para romperlas. Para asumir riesgos, abrir mercados, defender principios y hacer que cada negocio mexicano cuente—en generación de valor, en empleo, en futuro.


Porque hoy, más que nunca, ser empresario es ser constructor de país. Lo Hecho en México no solo debe consumirse: debe respetarse, fortalecerse y llevarse con orgullo al mundo.


México Muy Mexicano no es una marca. Es una decisión estratégica. Y es hora de asumirla como tal.


Octavio de la Torre de Stéffano

Presidente de Concanaco Servytur


Fuente: Milenio



Columna: Ser empresario hoy: Heredar propósito, construir nación
por Concanaco Servytur 6 de junio de 2025
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